jueves, 30 de junio de 2016

Reflexiones éticas

Sobre la salud en Colombia 

Es necesario el plantear un problema ético de mi profesión que me trae decepciones y situaciones incomodas cada día:

Antecedentes: 
    ley 100 de 1993 en donde se reestructura el nuevo sistema general de seguridad social en salud SGSSS, ley aprobada por varios senadores, entre los que se encuentra el actual senador Álvaro Uribe Vélez. En resumen, esta ley les da la potestad a terceros o EPS (Entidad Promotora de Salud) de ser lo garantes de la salud de la población y le quita la responsabilidad al Estado, planteando que este se ocupara solo de un sector de la población vulnerable.

La situación:
  -Usuarios y pacientes cada vez más hostiles con el personal médico por inconsistencias en el servicio, por el no alivio rápido de sus patologías y por el servicio poco personalizado y humanizado.
  -Personal de salud (médicos, enfermeros (as), auxiliares, etc.) cada vez más colapsados y estresados en su quehacer, tomando decisiones equivocas por cansancio y presión de superiores que no comprenden el que hacer médico, trabajando sin insumos y confrontando la incomodidad de los pacientes.
  -Hospitales y clínicas limitado el acceso del servicio a usuarios afiliados a EPS específicas que no desembolsan los dineros, como medio de supervivencia, deuda cada vez más grande de dichas EPS hacia los hospitales que contribuye a la quiebra de los mismo.

     Un circulo viciosos en el que los hospitales niegan servicios a pacientes por no pago de las EPS, los médicos deben negar su labor en detrimento del bienestar de los usuarios con el fin de no contribuir a la ruina del hospital, usuarios enfurecidos por la negación del servicio amenazando y confrontando la ética del médico, desconociendo el problema de fondo. Problema ético que se puede resumir en corrupción política.

Reflexión:

     Una vez citado el problema y puesto en contexto es necesario describir de manera muy somera la estructura del sistema de salud colombiano, muy similar en su modelo al estadounidense. 

     En este el gobierno designa dineros para la prestación de los servicios de salud, pero dicho monto depende de la capacidad adquisitiva de las personas, así divide el sistema en varios tipos de vinculación. 

   -El régimen subsidiado que teóricamente son las personas sin ninguna posibilidad de pago, las cuales el gobierno financia en salud de manera total o casi total de acuerdo a la clasificación del SISBEN (Sistema de potenciales Beneficiarios a programas sociales)
  -El régimen contributivo que teóricamente son las personas adscritas a un contrato laboral o independientes con capacidad de pago, a estas el gobierno también financia pero en un porcentaje mucho menor. 
   -Los vinculados son las personas que aún no cuentan con la afiliación a EPS de ningún régimen y 
    -El régimen especial son las personas que como funcionarios de un sector específico están vinculados a EPS que aplican solo para miembros de dicho sector, como fuerzas armadas, educadores y otros.

    Por otro lado, los dineros provenientes del gobierno no se destinan directamente a las IPS (Instituciones Prestadoras de Servicios, o sea, hospitales y clínicas) sino que son asignados y distribuidos a las EPS, que son los entes encargados de la vinculación y de garantizar el servicio de salud a sus respectivos usuarios, cabe aclarar que dichas EPS son instituciones privadas con ánimo de lucro, que son manejadas como empresa de servicios. Dicho sistema teóricamente debería funcionar adecuadamente y según cifras el umbral de afiliación al sistema de salud en Colombia oscila en el 95%, esto quiere decir que se está dentro de las metas, pero el costo de esta “cobertura universal” va en completo detrimento de la calidad por varios motivos:

   -Afiliación de un número desproporcionado de personas a una EPS que no cuenta con capacidad resolutiva, con infraestructura de atención y con los debidos convenios para atención adecuada.
   -EPS que no pagan a las IPS por los servicios que prestan a los afiliados, glosando cuentas injustificadamente y contribuyendo a la quiebra de los centros de atención.
   -Colapso de la red de prestación de servicio en los diferentes departamentos por falta de los pagos de las EPS.
   -Falta de garantías laborales para los trabajadores de salud, lo cual repercute en disminución marcada de la oferta de atención con una creciente demanda.
    -Restricciones a los trabajadores de la salud para el ordenamiento de medicación y exámenes complementarios con una supuesta visión de ahorro, lo que retarda los tratamientos definitivos y las consultas especializadas.
    -Nula intervención gubernamental para la EPS, por lo cual no se exigen garantías de ningún tipo.

     Los motivos se siguen sumando a esta somera lista. En definitiva el eslabón roto de la cadena del sistema está dado por la intervención privada para al atención y la visión tanto de estos como del gobierno, de la salud como un servicio de mercado y no como un derecho fundamental.

     En la Declaración Universal de los derechos Humanos se establecen condición sine qua non por las que se debe garantizar unos derechos básicos para la población, y dichos derechos deben ser garantizados por el máximo organismo rector de una población, el Estado. Dentro de esta declaración consta:

    Artículo 3. Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
    Artículo 22. Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional y en conformidad con la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables para su dignidad y para el libre desarrollo de su personalidad.
    Artículo 25. Parte 1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.

     En la constitución de la OMS (organización mundial de la salud) se ratifica este derecho a la salud como derecho universal y se complementa citando la universalidad, la calidad, la no discriminación, la disponibilidad, la accesibilidad, la aceptabilidad y la rendición de cuentas como principios rectores de dicho derecho.

     Lo anterior no deja dudas respecto a que la salud corresponde a un derecho humano universal básico, por sí mismo, y de la mano con el derecho a la vida, a la seguridad y al desarrollo de las potencialidades humanas. El gobierno colombiano al parecer, no tiene claro esto y entrega la salud de sus ciudadanos a mercaderes, por demás corruptos, en su mayoría (atreviéndome a generalizar) obstaculizando la aplicabilidad de dicho derecho, manteniendo un sistema de salud que teóricamente funciona, pero que en la práctica es obsoleto, excluyente e inhumano. El sentido ético de los gobernantes se ve comprometido con las grandes ganancias que deja la salud como negocio en beneficio de muy pocos y en detrimento de todos.


     Es necesario que la población comprenda que todos en el país somos dependientes del sistema de salud, que las demoras en los servicios y la falta de calidad no están sujetas al capricho de los trabajadores de la salud, que se forman con el objeto de ayudar a las personas, sino que va en correspondencia a que estos también pertenecen a un sistema que les ha fallado; la próxima vez que alguien consulte a un servicio de salud es prudente que piense en el porqué la atención no es satisfactoria, por que parece a nadie importarle y que hay detrás de una burocracia, que ha matado igual o mayor número de personas, que el conflicto armado.

Referencias: 

AMBMPPWPGA (2012). Vídeo informativo: ley 100 de 1993. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=-rQc3M8Fp_Q
Congreso de la República de Colombia (1993). Ley del Sistema de Seguridad Social Integral. Recuperado de: http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/ley_0100_1993.html
Organización de las Naciones Unidas. Declaración Universal de los derechos Humanos. Recuperado de: http://www.un.org/es/documents/udhr/
Organización Mundial de la Salud (2015) Centro de prensa. Salud y derechos humanos. Recuperado de: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs323/es/
Vélez M. (2016) El sistema de salud en Colombia no es equitativo. El espectador. Recuperado de: http://www.elespectador.com/entretenimiento/unchatcon/el-sistema-de-salud-colombia-no-equitativo-marcela-vele-articulo-619354


Santiago Suárez Ramírez
Médico General
Estudiante Filosofía UNAD

domingo, 12 de junio de 2016

Generalidades de la ética 


     Puede ser la ética “científica”


     En el libro “Ética” de Adolfo Sánchez, en la parte final del capítulo 1: objetivo de la ética. Este plantea un maravilloso debate acerca de que la ética, si bien todos saben cuan subjetiva puede llegar a ser, debe empezar a verse desde un punto de vista científico y ser considerada como una ciencia; la ciencia que estudia el comportamiento moral. Además habla de la relación de la ética con otras disciplinas y/o ciencias, y la separación de esta con la filosofía que ha sido clásicamente la matriz del estudio ético.

     Pues bien, es imperativo antes de entrar en discusión definir adecuadamente que es ciencia o que es ser ciencia. La RAE (Real Academia de la lengua Española) la define como “Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales con capacidad predictiva y comprobables experimentalmente.” Evaluando la aplicabilidad de la ética a esta definición nos encontramos con varias cuestiones: ¿puede la ética sistematizarse?, ¿pueden haber principios éticos universales? Y la más incierta ¿pueden los conocimientos éticos ser corroborados por la experimentación?

     Ciertamente estas preguntas son muy difíciles de responder y aun los expertos en el tema no llegan a consenso, es difícil pensar en una posibilidad de ser puramente técnicos y objetivos en el estudio de una disciplina eminentemente humana, ya que el conocernos a nosotros mismos nos ha resultado tan o más titánico que conocer nuestro entorno y las leyes que lo rigen. Sin embargo, indagando más en el tema de la definición de ciencia, encontramos en la misma RAE un concepto de “ciencias humanas y ciencias sociales” en la cual entran por lo demás la filosofía, historia, sociología, antropología, psicología, etc. Se presupone entonces que a pesar de no apegarse 100% a los requisitos del concepto de ciencia, son consideradas como tal.

     Respecto a lo anterior y concordando con Adolfo Sánchez considero que efectivamente la ética podría considerarse una ciencia, una ciencia de la moral humana; a pesar de no poder (por lo menos por el momento) establecer criterios puramente objetivos para su valoración. La cuestión aquí más que practica es de terminología y lenguaje; personalmente considero que un proceso de pensamiento estructurado y disciplinado que busque definir principios universales, cualquiera que sea su objeto, puede ser considerado una ciencia y que es preciso perder el miedo a la incertidumbre y la subjetividad, puesto que históricamente estos han sido los primeros pilares de la determinación objetiva y el surgimiento de la ciencia per se. No doy por lo tanto, tanta relevancia al debate de considerar o no a la ética como ciencia, pues al ser una actividad humana de auto reconocimiento entra en la categoría de ciencia a pesar de desconocer aun su apropiado apellido.

     El hecho de la especialización de la ética en ciertos temas le ha dado cierto protagonismo dentro de la filosofía a la cual clásicamente pertenece. Las especializaciones son un modelo muy moderno del accionar del pensamiento humano y surgido de la necesidad de delimitación de la gran cantidad de conocimiento que el hombre ha adquirido hasta hoy, aunque, esto ha ocasionado la perdida de la integralidad y el holismo del conocimiento, que si bien no ha sido de gran daño para el desarrollo de la humanidad si lleva a un olvido de los principios por los cuales se construyó la sociedad de la que hoy hacemos parte. Por el momento es insensato, a mi parecer separar la ética de la filosofía, pues por si sola la ética discurre de sentido racional y practico; pensar en ello, es como querer separar la neurología y la cardiología de la medicina, o separar la ontología, la epistemología y la ética de la filosofía y así acabar de una sola vez con esta.

     La ética como disciplina de la filosofía aún tiene grandes conocimientos que aportar, debe ser vista aun como una conjunción del pensamiento humano para el reconcomiendo de si mismo. Ciencia o no, motiva a ejercitar el raciocinio en pro del encuentro con lineamientos en el modus vivendi que sean aplicables a la mayoría de seres humanos. El debate siempre estará abierto.


Santiago Suárez Ramírez 
Medico General 
Estudiante Filosofía UNAD

Generalidades de la ética


     La ética y la moral como términos



     No es desconocido que la ética, se encuentra dentro de los temas contemporáneos por excelencia, es una disciplina que ha adquirido una importancia tal, que nadie teme habar de lo ético; de las personas, las situaciones y hasta las emociones que se comportan éticamente, pero, ¿esta esté adecuadamente utilizado? Al profundizar en la materia es fácil darse cuenta que el común de las personas está lejos de entender la dinámica del termino; termino que por otro lado no tiene nada de común y sencillo, por el contrario, está cargado de tal peso histórico que es incluso frecuente entre los intelectuales utilizarlo de manera inadecuada y prostituirlo en pro de la crítica y el prejuicio.

     Los diferentes autores parecen acercarse cada vez más a un consenso respecto a su significado, más no a su área de influencia. Para mí la ética es la disciplina encargada de estudiar el comportamiento moral del ser humano, o sea, que normas rigen su acción y por qué. Es una simplificación de común enseñanza en la secundaria, que sirve para diferenciarla de la moral, los principios, los valores, la voluntad y tantos otros términos que tiene que ver con el comportamiento humano, sus motivaciones y reglas.

     Como bien lo expresa la profesora Adela Cortina en su conferencia, el ser humano como especie “racional” es ineludiblemente moral y con esto da la pauta para la definición de un término que como salud (ver definición de la OMS) y sexualidad acompaña al ser humano a lo largo de toda su línea vital, es decir un ser humano en la cumbre de sus facultades mentales no puede ser amoral. La moral pues, son todos estos comportamientos derivados de las situaciones que nos merecen pensamiento y toma de decisiones; ergo decisiones que conllevan consecuencias proyectadas o no para el individuo pensante y su entorno.

     El ser humano entonces esta biológicamente diseñado para ser moral, este es un planteamiento con el que estoy de acuerdo integralmente, ya que es innegable la asociación que han hecho los avances en las neurociencias respecto a la caracterización del comportamiento humano. Siendo simplistas se puede afirmar que el sentido de moralidad se encuentra en todos nosotros fundamentado en los lóbulos frontales y en especial en el área de la corteza prefrontal de nuestros cerebros que evolutivamente es nuestra mas preciada adquisición, esto lo corroboramos desafortunadamente con las personas que sufren traumas graves en dicha zona (síndrome frontal) y su comportamiento posterior en el cual son: hostiles, no se someten a la norma social, familiar, ni de ningún tipo, dan brecha abierta a sus instintos más primitivos y en general, sin ánimo de ser ofensivo, podría decirse que su comportamiento involuciona al del animal primordial. Es entonces cuando se hace claro que para que una persona goce de su moralidad y por ende pueda reflexionar acerca de ella por medio de la ética, requiere de una estructura mental humana básica o un sustrato orgánico.

     La ética como término histórico ha gozado de varios significados, estudiarlos puede hacerse confuso, pues en las postrimerías su significado diverge mucho del actual. La ética o el ser éticos no es ser el bueno y bondadoso ser que se preocupa por los demás en detrimento de su propio bienestar; lejos de ello, ser ético es dirigir su moral en pro de lineamientos universales e individuales, influenciados a su vez por la cultura y la sociedad, que llegan a producir consecuencias benéficas al individuo, a la sociedad a la que pertenece y al entorno en el que se desenvuelve. La ética ya ha dejado de preocuparse solamente por el que es lo bueno para el hombre, para razonar acerca de que es lo bueno para el mundo y como nosotros podemos adaptarnos de manera armónica a él.

     Por lo anterior discrepo profundamente con Doyal y Gough cuando afirman que uno de los principios planteados por Nussbaum, cito: “Otras especies. Ser capaces de vivir interesados y en relación con los animales, las plantas y el mundo de la naturaleza.” No es consistente ni importante en el establecimiento de principios universales y que da pie al relativismo, que tanto quieren evitar. Considero, la ética contemporánea debe extender sus horizontes de búsqueda no solo al interior del ser humano o al estudio social, sino también al de la relación con la naturaleza que lo rodea y las demás especies que son fundamentales para su supervivencia, en una relación simbiótica que no es nueva y da la cuales tenemos innumerables ejemplos en las culturas de oriente y en nuestras propias culturas indígenas. Así como Adolfo Sánchez en su libro (Ética) afirma que la ética debe ser una ciencia separada de todas la demás y en especial de la madre filosofía, así mismo debe dársele un enfoque más profundo que si bien está lejos de terminar con la subjetividad que la rodea, podría conducir al ser humano a un punto más cercano de auto entendimiento. 


Santiago Suárez Ramírez 
Médico General
Estudiante Filosofía UNAD