Ética aplicada
Del civismo en la
sociedad contemporánea
Según
la Real Academia Española el civismo es el comportamiento respetuoso del
ciudadano con las normas de convivencia pública, esta data históricamente desde
el advenimiento de las Polis griegas para
la cultura occidental, pero es una figura que se ha utilizado, aunque no con
ese término, desde tiempos mucho más remotos y dadas las necesidades de protección
del grupo en donde cada integrante debía vivir en armonio con los demás y ser
hostiles por naturaleza con el ajeno o el extranjero.
Adela
Cortina lo explicaba en su magistral conferencia, cuando explicaba desde la religión,
la filosofía y la biología ese principio del egoísmo intrínseco al hombre; esta
autora refería que es cierto que el hombre esta condicionado de alguna manera
para el nepotismo, actuando de manera emocional con sus cercanos y queridos,
mientras que su manera racional se expresa casi pura en los lejanos, se entraba
entonces a la discusión de que a las personas pertenecientes a los países del
primer mundo poco les afecta o interesa la suerte de las personas del 3 mundo y
que dicha reacción tiene fundamentos evolutivos, el llamado gen egoísta. Cortina
magistralmente rebate este principio argumentando que el ser humano y su
comportamiento moral va mucho más allá de un principio biologista, es decir,
precisamente la capacidad de ser humano viene definida por esa posibilidad de
cambio en comportamientos, pensamiento y actitudes; así entonces el principio
del gen egoísta va en contra de la estructura moral. Sin embargo, es imposible
desconocer la influencia evolutiva y biológica en nuestro comportamiento, este
ha permitido expandir las fronteras del altruismo humano, pasando por las
personas cercanas con fines de preservación y reproducción hasta extenderse
mucho más en la era contemporánea a causa de la globalización y la información.
Lo
anterior es fundamental para entender cómo puede surgir un principio de civismo
en el ser humano, porque una persona debe preocuparse por agradar a su sociedad
y por seguir unas normas por las cuales el mismo no tuvo voz o parte. Pues las
normas de convivencia ciudadana permiten la organización de grandes
conglomerados de personas, las ciudades siempre se han caracterizado por un
caos reinante y una organización muy difícil de establecer, la explosión demográfica
ha agravado este hecho sumando la falta de espacio y oportunidades, es
necesario pues establecer normas básicas de convivencia entre unos y otros,
independientemente del nivel de interés o preocupación que haya desarrollo
alguien por otro. Las normas de convivencia y el civismo permiten al individuo
vivir cómodamente cerca de otras personas, ser respetado por dicha comunidad,
pero además le da la tarea de ser responsable de unos deberes que el mimo tiene
para dicha ciudad y sus habitantes, es decir, y esto es ya una figura política muy
moderna, viene configurado por los derechos y los deberes. Estos derechos y
deberes son los puntos máximos de casi todas las constituciones de la tierra,
son el fundamento del orden de la sociedad y permiten establecer unas normas casi
universales de comportamiento.
Para
lograr el civismo esperado y si se compara entre sociedades, vemos grandes
diferencias, y estas diferencias dependen en gran medida del Estado que las
constituye, luego, cuando el individuo se somete a peligro y a retos por la
supervivencia es probable que su egoísmo se estimule, mientras un individuo que
tiene garantía de todos sus derechos y que se siente respaldado por sus líderes
podrá entonces invertir su tiempo en la ayuda a los demás y en la armonización de
su espacio. Maslow plante una pirámide con la jerarquización de las
necesidades, si analizamos esta vemos como las necesidades primeras constituyen
las exigencias fisiologías del cuerpo, mientras que los compromisos sociales están
en el segundo y tercer escalón, esto indica como ejemplo que mientras las
cuestionas básicas de un pueblo no estén resueltas es poco probable que se
llegue a nivel de civismo significativos. Si se compara a Suecia y Japón con sociedades
como la colombiana, vemos diferencias abismales en el comportamiento popular, además
de la tinción tan distintiva que su propia cultura hace, así mientras países como
Suecia y Japón tiene unos niveles de desarrollo urbano y de civismo muy
avanzados, en Colombia el desempleo, el desorden, la falta de oportunidades, la
delincuencia y las drogas opacan la capacidad social de todos.
El
debate ético circunda temas mucho más profundos que las acciones cívicas
superficiales, si bien es muy importante mantener el entorno limpio y no tirar
basuras, de la mano con la salud del planeta, es fundamental tener presente que
civismo también es salir a votar, ayudar a los más necesitados y a las
comunidades pobres, que para nosotros son muy comunes incluso dentro de una
misma ciudad, respetar las necesidades del otro y no sacar provecho de ello,
protestar en caso de desigualdad o atropello, etc. Ser un ciudadano implica
hacer valer derechos y cumplir unos deberes que la sociedad y el estado esperan
para uno. François Vallaeys cuando habla de la ética de la organización y de la
responsabilidad social, explica de manera muy clara y aplicada cuáles son esas
situaciones y hechos que se oponen a una aplicación real de una ética en la
empresa; las empresas son entes supremamente importantes en el desarrollo de las
sociedades que circundan ya que son las generadores de empleo y oportunidades
para la población, en una empresa en donde lo principal se ala obtención de
ganancia por encima de cualquier cosa incluso el bienestar de los trabajadores,
estos trabajadores a su vez se sentirán frustrados y rechazados por su empresa
y propagaran este ejemplo y este comportamiento en su familias, convirtiendo
esto un circulo interminable. El compromiso ciudadano entonces, no es solo de
las personas que hacen uso del transporte masivo, o de las que salen a caminar
al centro, el compromiso es de todos.
En
conclusión, la carencia de civismo en un país como Colombia va muy de la mano
con la falta de satisfacción de necesidades más básica, así miembros de una
familia que se ven obligados a robar para der de comer a sus allegados, ejemplo
clásico, de las cuales es el Estado el encargado de garantizarlas, en un país de
gobiernos egoísta e incívicos pues no es muy prudente pedir civismo a sus
ciudadanos, aunque y como se decía anteriormente es papel fundamental del
ciudadano escoger sus líderes, por lo menos en las sociedades democráticas y
hacerlo con plena consciencia, no por el soborno ni la coacción. Si embargo, y
desde los diferentes puntos del país, se pueden lograr y muy a pesar de todo,
pequeños cambios que faciliten la vida en la ciudad, que permitan armonizar la
convivencia y que fomente el cambio y el ejemplo.
Cortina, Adela
(2014) ¿Para qué sirve realmente la ética? Parte I. Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=F3LXHC6CMyc
Cortina, Adela
(2014) ¿Para qué sirve realmente la ética? Parte II. Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=7fWUfboRguo
Cortina, Adela.
(1997) Democracia deliberativa.
http://elpais.com/diario/2004/08/24/opinion/1093298406_850215.html
François Vallaeys,
'Virtud, Justicia, Sostenibilidad: Una ética en 3D. Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=Vu__jLVnbUI
Santiago Suárez Ramírez
Médico General
Estudiante Filosofía UNAD
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