miércoles, 27 de julio de 2016

Ética aplicada

Del civismo en la sociedad contemporánea

  Según la Real Academia Española el civismo es el comportamiento respetuoso del ciudadano con las normas de convivencia pública, esta data históricamente desde el advenimiento de las Polis griegas para la cultura occidental, pero es una figura que se ha utilizado, aunque no con ese término, desde tiempos mucho más remotos y dadas las necesidades de protección del grupo en donde cada integrante debía vivir en armonio con los demás y ser hostiles por naturaleza con el ajeno o el extranjero.

      Adela Cortina lo explicaba en su magistral conferencia, cuando explicaba desde la religión, la filosofía y la biología ese principio del egoísmo intrínseco al hombre; esta autora refería que es cierto que el hombre esta condicionado de alguna manera para el nepotismo, actuando de manera emocional con sus cercanos y queridos, mientras que su manera racional se expresa casi pura en los lejanos, se entraba entonces a la discusión de que a las personas pertenecientes a los países del primer mundo poco les afecta o interesa la suerte de las personas del 3 mundo y que dicha reacción tiene fundamentos evolutivos, el llamado gen egoísta. Cortina magistralmente rebate este principio argumentando que el ser humano y su comportamiento moral va mucho más allá de un principio biologista, es decir, precisamente la capacidad de ser humano viene definida por esa posibilidad de cambio en comportamientos, pensamiento y actitudes; así entonces el principio del gen egoísta va en contra de la estructura moral. Sin embargo, es imposible desconocer la influencia evolutiva y biológica en nuestro comportamiento, este ha permitido expandir las fronteras del altruismo humano, pasando por las personas cercanas con fines de preservación y reproducción hasta extenderse mucho más en la era contemporánea a causa de la globalización y la información.

     Lo anterior es fundamental para entender cómo puede surgir un principio de civismo en el ser humano, porque una persona debe preocuparse por agradar a su sociedad y por seguir unas normas por las cuales el mismo no tuvo voz o parte. Pues las normas de convivencia ciudadana permiten la organización de grandes conglomerados de personas, las ciudades siempre se han caracterizado por un caos reinante y una organización muy difícil de establecer, la explosión demográfica ha agravado este hecho sumando la falta de espacio y oportunidades, es necesario pues establecer normas básicas de convivencia entre unos y otros, independientemente del nivel de interés o preocupación que haya desarrollo alguien por otro. Las normas de convivencia y el civismo permiten al individuo vivir cómodamente cerca de otras personas, ser respetado por dicha comunidad, pero además le da la tarea de ser responsable de unos deberes que el mimo tiene para dicha ciudad y sus habitantes, es decir, y esto es ya una figura política muy moderna, viene configurado por los derechos y los deberes. Estos derechos y deberes son los puntos máximos de casi todas las constituciones de la tierra, son el fundamento del orden de la sociedad y permiten establecer unas normas casi universales de comportamiento.

    Para lograr el civismo esperado y si se compara entre sociedades, vemos grandes diferencias, y estas diferencias dependen en gran medida del Estado que las constituye, luego, cuando el individuo se somete a peligro y a retos por la supervivencia es probable que su egoísmo se estimule, mientras un individuo que tiene garantía de todos sus derechos y que se siente respaldado por sus líderes podrá entonces invertir su tiempo en la ayuda a los demás y en la armonización de su espacio. Maslow plante una pirámide con la jerarquización de las necesidades, si analizamos esta vemos como las necesidades primeras constituyen las exigencias fisiologías del cuerpo, mientras que los compromisos sociales están en el segundo y tercer escalón, esto indica como ejemplo que mientras las cuestionas básicas de un pueblo no estén resueltas es poco probable que se llegue a nivel de civismo significativos. Si se compara a Suecia y Japón con sociedades como la colombiana, vemos diferencias abismales en el comportamiento popular, además de la tinción tan distintiva que su propia cultura hace, así mientras países como Suecia y Japón tiene unos niveles de desarrollo urbano y de civismo muy avanzados, en Colombia el desempleo, el desorden, la falta de oportunidades, la delincuencia y las drogas opacan la capacidad social de todos.

    El debate ético circunda temas mucho más profundos que las acciones cívicas superficiales, si bien es muy importante mantener el entorno limpio y no tirar basuras, de la mano con la salud del planeta, es fundamental tener presente que civismo también es salir a votar, ayudar a los más necesitados y a las comunidades pobres, que para nosotros son muy comunes incluso dentro de una misma ciudad, respetar las necesidades del otro y no sacar provecho de ello, protestar en caso de desigualdad o atropello, etc. Ser un ciudadano implica hacer valer derechos y cumplir unos deberes que la sociedad y el estado esperan para uno. François Vallaeys cuando habla de la ética de la organización y de la responsabilidad social, explica de manera muy clara y aplicada cuáles son esas situaciones y hechos que se oponen a una aplicación real de una ética en la empresa; las empresas son entes supremamente importantes en el desarrollo de las sociedades que circundan ya que son las generadores de empleo y oportunidades para la población, en una empresa en donde lo principal se ala obtención de ganancia por encima de cualquier cosa incluso el bienestar de los trabajadores, estos trabajadores a su vez se sentirán frustrados y rechazados por su empresa y propagaran este ejemplo y este comportamiento en su familias, convirtiendo esto un circulo interminable. El compromiso ciudadano entonces, no es solo de las personas que hacen uso del transporte masivo, o de las que salen a caminar al centro, el compromiso es de todos.

    En conclusión, la carencia de civismo en un país como Colombia va muy de la mano con la falta de satisfacción de necesidades más básica, así miembros de una familia que se ven obligados a robar para der de comer a sus allegados, ejemplo clásico, de las cuales es el Estado el encargado de garantizarlas, en un país de gobiernos egoísta e incívicos pues no es muy prudente pedir civismo a sus ciudadanos, aunque y como se decía anteriormente es papel fundamental del ciudadano escoger sus líderes, por lo menos en las sociedades democráticas y hacerlo con plena consciencia, no por el soborno ni la coacción. Si embargo, y desde los diferentes puntos del país, se pueden lograr y muy a pesar de todo, pequeños cambios que faciliten la vida en la ciudad, que permitan armonizar la convivencia y que fomente el cambio y el ejemplo.

Cortina, Adela (2014) ¿Para qué sirve realmente la ética? Parte I. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=F3LXHC6CMyc

Cortina, Adela (2014) ¿Para qué sirve realmente la ética? Parte II. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=7fWUfboRguo

Cortina, Adela. (1997) Democracia deliberativa. http://elpais.com/diario/2004/08/24/opinion/1093298406_850215.html

François Vallaeys, 'Virtud, Justicia, Sostenibilidad: Una ética en 3D. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=Vu__jLVnbUI


Santiago Suárez Ramírez 
Médico General 
Estudiante Filosofía UNAD

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